DAR PASOS DELIRANTES

Nunca olvides que es importante andar con firmeza, pero no con gravedad, sino con el paso armonioso que provocan los imprudentes tacones. Excelsos

Balmain o/i 2012-2013

Lanvin o/i 2012-2013

Lanvin o/i 2012-2013

Yves Saint Laurent o/i 2012-2013

Quítate la moderación y la sobriedad, la templanza y la prudencia, virtudes cardinales y abraza el delirio, la osadía y el descaro.

Jean Paul Gaultier o/i 2012-2013

Fendi o/i 2012-2013

Stella McCartney o/i 2012-2013

Mete barriga, ayuda a mantener el equilibrio, además es importante que el porte no se arrugue, la firmeza en las rodillas y el cimbreo de las caderas.

Miu Miu o/i 2012-2013

Viktor & Rolf o/i 2012-2013

Louis Vuitton o/i 2012-2013

Aunque sale de manera automática, subida a estas alturas hay que pensar que estás caminando y mirar de soslayo la vía para evitar tropiezos, pero nunca bajar la cabeza, mantén la barbilla siempre bien alta.

Rodarte o/i 2012-2013

Vivienne Westwood o/i 2012-2013

Más allá de la rodilla o casi al tobillo, el tamaño no importa siempre que te eleven unos centímetros del suelo y modifiquen tus andares.

Givenchy o/i 2012-2013

Alexander Wang o/i 2012-2013

Altuzarra o/i 2012-2013

Derek Lam o/i 2012-2013

Ralph Lauren o/i 2012-2013

Y si consideras que es peligroso o dudoso andar tan elevada sobre el asfalto y no te atreves, bájate del tacón pero no de la bota.

Bottega Veneta o/i 2012-2013

Gucci o/i 2012-2013

Caminar, andar, correr… y, de vez en cuando, reverenciar y honrar tus pies descalzos, como lo hacía Pablo Neruda

Cuando no puedo mirar tu cara
miro tus pies.
 
Tus pies de hueso arqueado,
tus pequeños pies duros.
 
Yo sé que te sostienen,
y que tu dulce peso
sobre ellos se levanta.
 
Tu cintura y tus pechos,
la duplicada púrpura de tus pezones,
la caja de tus ojos que recién han volado,
tu ancha boca de fruta,
tu cabellera roja,
pequeña torre mía.
 
Pero no amo tus pies
sino porque anduvieron
sobre la tierra y sobre
el viento y sobre el agua,
hasta que me encontraron.
 
Sincerely. Adela Leonsegui*

JUGAR A SER RICO

El verano se acerca y empezamos a comer y vestir más ligero.

Comer más ligero: Leí en una novela estupenda que hay al menos un detalle en que los ricos, los realmente ricos, son diferentes del resto de la gente: entienden de verduras. El párrafo es mucho más largo, pero en este extracto imagino a los protagonistas de El Gran Gastby, soy incapaz de pensar que comían huevos, carne o patatas fritas. Solo verduritas podía comer Mia Farrow para tener esa vocecita y esa carita.

Vestir más ligero:  A ese aura que tiene la película que hace que todo parezca perfecto… hasta el final, contribuyó mucho el vestuario. Los blancos, los amarillos, rosas y verdes empolvados crean una atmósfera fresca, primaveral y veraniega, ideal.

Hoy, dia del cambio de la hora, que es el momento del cambio de luz, es también el momento de cambiar de hábitos, porque aunque la meta esté en el verano, si no lo hacemos ya no llegaremos a tiempo, así que podemos jugar a ser ricos y empezar la dieta para luego comprar el vestuario de la película en Ralph Lauren, aunque a mí este desfile me resulte a ratos un poco cateto y me guste más el que  Theoni V. Aldredge eligió para la película.

Sincerely. Adela Leonsegui*


MISTER LADY EN RALPH LAUREN

A Ralph Lauren le gustan las historias y tiene una capacidad infinita para que el cliente desee formar parte de la suya cuando entra en una de sus tiendas. Él, neoyorkino, nos ha transportado a la serie Downton Abbey, la Inglaterra de principios del S.XX y ahora nosotras queremos tener esa ropa.

Lo que diferencia la colección de Ralph Lauren del vestuario de Downton Abbey es que, en la serie, los hombres, los ricos, visten de sport o de gala según las circunstancias, en cambio las mujeres siempre van de gala. En la colección, Ralph Lauren ha vestido a las mujeres con la ropa de sport de los hombres, para el día y con la de gala, masculina y femenina, para la noche.

Realismo puro, la mayoría de las mujeres de este siglo, no me atrevería a decir todas, estamos muy lejos de ser las chicas Crawley y, ni que decir tiene, la prima Violet Condesa de Grantham, tenemos la mala costumbre de levantarnos temprano para ir a trabajar, en ocasiones hasta en transporte público y, sólo en contadas ocasiones, hay en el horizonte una fiestuqui que nos permitirá dejar el pantalón aparcado y ponernos un vestido.

Sincerely. Adela Leonsegui*