A-DIOS EN LA PASARELA

Último desfile de Marc Jacobs para Louis Vuuitton

Último desfile de Marc Jacobs para Louis Vuuitton

Después de semanas de desfiles me temo que la moda se ha instalado en el buen gusto, en ese perfecto buen gusto típico de la pequeña burguesía. No significa que todos los desfiles hayan sido iguales, lo que parece, lo que a mi me parece, es que todos saben, según su estilo, su capacidad, su manera de entender la moda e incluso a pesar de sus pequeñas trasgresiones, cómo se tienen que hacer las cosas.

Altuzarra. Nueva York

Altuzarra. Nueva York

Burberry Prorsum. Londres

Burberry Prorsum. Londres

Tom Ford. Londres

Tom Ford. Londres

Emporio Armani. Milán

Emporio Armani. Milán

Saint Laurent. París

Saint Laurent. París

Elie Saab. París

Elie Saab. París

No quiero que mis palabras se malinterpreten, trataré de dar una explicación convincente:

La pequeña burguesía de la moda, tomando prestadas palabras del escritor Sándor Márai, diferencia perfectamente lo bueno de lo mediocre, lo auténtico de lo falso y las razones por las que algo se debe hacer de una manera y no de otra. Lo saben al dedillo con severidad, rigidez y ansiedad. Lo saben como el que recuerda una lección duramente aprendida, como un conjunto de datos pero no como lo saben los artistas y creadores, que llegan a ese conocimiento a través de la experiencia, de su trabajo, de su esfuerzo, de su mirada, de su oído, de su experimentación, de sus vivencias y sin miedo.

Ellos, los artistas, no siguen un patrón porque ellos son quienes lo crean, por eso no temen equivocarse, porque no hay una pauta que les marque los límites, ni siquiera los del buen gusto.

Y el cuento decía, «cuando Aurora cumpla dieciséis años se pinchará el dedo con el uso de una rueca y morirá». Y Aurora, Marc Jacobs, ha cumplido los 16 en Louis Vuitton y se va. Nos deja sin cuento, el que cada seis meses nos contaba sobre la pasarela, el único show por el que aún dábamos saltos de alegría.

Nos ha contado su último cuento como un gran artista, mezclando las habitaciones de hotel del invierno de 2013, el reloj de la estación de tren del invierno de 2012, los ascensores del invierno de 2011, la fuente del invierno de 2010, las escaleras mecánicas del verano de 2013 y el tiovivo del verano de 2012. El círculo se cierra con un fundido en negro, como hizo hace 16 años en su primer desfile para Vuitton. Todo negro.

En el cuento original Aurora no murió, sólo tuvo un largo sueño. Espero que la retirada de Jacobs sirva para despertar la firma que lleva su nombre, pero de momento, adiós cariño, adiós mi amor, y al final de la Rambla me encontré con la negra flor.

Sincerely. Adela Leonsegui*

Fotografías de WWD


2 comentarios on “A-DIOS EN LA PASARELA”

  1. Alicia dice:

    Que bonito, que nostalgia


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