CUENTOS DE MUJERES
Publicado: viernes 24, mayo 2013 Archivado en: home, moda | Tags: Acne Studio, Alexander McQueen, Angels the Costumiers, Ann Demeulemeester, Azzedine Alaïa, Balmain, Celine, Fashion, Francesco Scognamiglio, Givenchy by Riccardo Tisci, gucci, Haider Ackermann, louis vuitton, Maison Martin Margiela, Mary Katrantzou, Max Mara, Rick Owens, Rochas, Style, Tilda Swinton, Vera Wang Collection, W Magazine Deja un comentarioA veces el mundo de la moda sorprende con producciones que, en opinión de algunos se podrían calificar como obras de arte, en opinión de otros, entre quienes me incluyo, son fotografías de auténticas performances, verdaderas obras de arte.
La revista ‘W Magazine’ nos hace unos de estos regalos en su número de mayo con un sugerente titular: ‘Tilda Swinton Surreal Fashion Fantasy’.
Y es la fantasía de la mujer bruja, hada, cielo, tierra, jaula, diabólica, romántica, estatua, arlequín, espejo, tótem, muñeca, máscara, bosque y escaleras infinitas, con fotografías de Tim Walker, estilismo de Jacob K. y un cuento que contar de cada una de ellas.

Tilda Swinton con vestido de Acne Studio
Podría ser el cuento de la bruja azul, la mujer mandona y tirana que sólo acepta a quienes son como ella, azul, envenena a quien la toca con los pigmentos que desprende de su cuerpo.

Tilda Swinton vestida de Maison Martin Margiela
O el del hada buena que, sorprendida por el maligno hechizo que habita en las espinas de las rosas, lanza al aire su conjuro para liberar su espíritu y su cuerpo. Parece que levita, parece que reza, parece que invoca.

Tilda Swinton vestida de Haider Ackermann
Y el cuento de una mujer cielo, vigilante, expectante y atenta pero inquieta, alarmada, intranquila y turbada porque lo ve todo y no está en su mano cambiar nada.

Tilda Swinton con vestido de Givenchy by Riccardo Tisci
O el de la mujer tierra, plagada de insectos, reptiles y flores, tierras blancas nevadas, tierras verdes llovidas y tierras negras quemadas. La que todo lo sufre, la que todo lo soporta, la que todo lo aguanta.
También el de la mujer jaula, la que, imperturbable, caza y atrapa buscando cambiar el destino de su presa, pero que finalmente queda apresada en una hermosa jaula en la que, inocente, cree ser la reina.

Tilda Swinton con vestido de Vera Wang Collection
O el cuento de la mujer diabólica de sonrisa torcida y afiladas uñas, altiva, autoritaria, segura e ignorante del rechazo que provoca, la que buscando atraer sólo repele.

Tilda Swinton con vestido de Francesco Scognamiglio
También el de la mujer romántica, que sueña más que vive, que fantasea e idealiza, la irreal, inconsciente, la que vive una realidad propia y distinta a la que le rodea.

Tilda Swinton con vestido de Rochas
El cuento de la mujer estatua, la figura impasible, tan inexpresiva que resulta misteriosa y provoca el deseo de saber en quienes la observan, aunque tras la imagen se desvanezca el enigma.

Tilda Swinton vestida de Louis Vuitton
O el de la mujer arlequín, la que se divide entre la risa y la alegría, el llanto y la seriedad. La separación entre su mundo y el mundo que de ella ven los demás.

Tilda Swinton con vestido de Ann Demeulemeester
El cuento de la mujer espejo, la que no tiene reflejo propio, la que termina siendo como otros quieren y no guarda recuerdos de quién fue, la que adopta una imagen que no es la suya.

Tilda Swinton con vestido de Gucci y capa de Angels the Costumiers
O el de la mujer tótem, casi una diosa, la que te orienta y te guía, la que cuida, la que ampara y defiende, la que protege, la que concibe, la que procrea.

Tilda Swinton vestida de Azzedine Alaïa y Alexander McQueen
O el de la muñeca, la que entretiene un rato, distrae y divierte. Un pasatiempo, un juego, una entretenimiento que nadie trata como persona y mucho menos como mujer.

Tilda Swinton con chaquetas de Balmain y Max Mara
El cuento de la mujer máscara, la que da una cara distinta a la suya y oculta su alma con un antifaz, casi siempre mucho más feo que su propio rostro, el tendría que descubrir.

Tilda Swinton con vestido de Mary Katrantzou
El cuento de la mujer bosque, la inescrutable, la que todo lo complica, enrevesada y difícil de entender y a la que, tras muchos esfuerzos por entenderla, terminas por abandonar.

Tilda Swinton con vestido de Haider Ackermann
En cuento de las escaleras infinitas, esas que te llevan a ninguna o a todas partes. Seguramente a todas partes.
Sincerely Adela Leonsegui*