CUANDO NO ÉRAMOS HORTERAS

O mejor dicho: ¿cuándo no éramos horteras?, porque hace tanto…

No es que yo sea de las que piensan que cualquier tiempo pasado fué mejor, ni mucho menos, esa no es más que una manera de ver un presente amargo y que provoca vértigo si miras al futuro. No, no hay nada de eso. Lo que hay es que contemplo con detalle la moda de la calle en verano y me deja tan perpleja que no puedo por menos que pensar ¡que les corten la cabeza!

Hubo un tiempo en que el Capitán Blood, Errol Flynn, era el pirata por excelencia y no era otra cosa que un bucanero con buena facha.

Ahora no es más que un ser cruel y despiadado que nos obligaba a contemplar unas pantorrillas, las suyas, que asoman bajo el llamado pantalón pirata.

¿Hemos olvidado lo que era el buen gusto?. Pues deberíamos recordar algunos detalles que, aún traídos al siglo XXI, siguen resultando chic:

Cubrir el pelo con sombrero y/o pañuelo para no exponerlo al sol

Las rayas rojas y blancas…

… las rayas en general

Los gorros de baño

La maletita de picnic

Los canastos de mimbre

Las sombrillas bicolor con el pie de madera

o las chinas, para tí sola

Salir a nadar con aletas y gafas

La toalla enredada en el pelo después del baño

El paseo en barco

Hacer el muerto en el mar

Pues eso, no nos olvidemos de cuando no éramos horteras.

Sincerely. Adela Leonsegui*


CAMPAÑAS DE ZARA

Hasta ahora Zara siempre había apostado por caras muy conocidas para sus campañas de temporada. Ahora, además, nos las enseña en movimiento, algo nuevo para Zara que se ha caracterizado hasta ahora por no hacer anuncios, así que estas pequeñas películas probablemente sólo las podremos ver en internet, donde seguramente correrán como la pólvora.

Son tres vídeos magníficamente realizados en los que la ropa parece de altísima calidad y para los que ha contado con Freja Beja en la campaña de mujer, Cara Delevigne en la campaña de TRF y con Sean O’Pry y Jon Kortajarena en la de hombre, ahí es nada.

Campaña Zara mujer

Campaña Zara joven

Campaña Zara hombre

Aparte de lo evidente, la belleza de los protagonistas, se antoja todo: desde la cámara hasta los coches, pasando por el piano. Y de la ropa, los complementos y los zapatos ya ni hablamos…

Sincerely. Adela Leonsegui*


LIBRO, EXPO Y PRESENTACIÓN

Para ser objeto de una exposición hay que cumplir con ciertos requisitos como tener belleza, fama, o ambas cosas a la vez.

Para ser objeto de un libro has de tener algo que contar, con palabras o con imágenes, pero es necesario tener algo que decir.

Para ser objeto de presentaciones mundiales tienen que ir a a verte, a halagarte, a apoyarte y a quererte.

Alguien pensó que la chaqueta de tweed, esa que en 1916 creó Coco Chanel, esa que todavía nos ponemos y que no ha sido desbancada por ninguna otra, esa que siempre tenemos en el armario (de mejor o peor calidad) porque siempre resulta, esa que tiene hasta nombre: the little black jacket, sí esa, merecía un libro de fotografías, una exposición y presentaciones en Nueva York, Tokio y Taipei.

Detrás de la idea y de la cámara, por supuesto, Karl Lagerfeld y Corine Roitfeld.

Más de cien fotografías, más de cien estilismos, más de cien personajes entre mujeres y hombres y sólo dos colores: el blanco y el negro.

Kiko Muzuhara

Sarah Jessica Parker

Riccardo Tisci

Freja Beha

Natalia Vodianova

Alexander Wang

Daphne Guinness

Milla Jovovich

Waris Ahluwalia

Joan Smalls

Akuor de Mabior

Pero este es el making off, en color, con palabras y en movimiento.

Sincerely. Adela Leonsegui*


UN LLANTO DE LLORONA

Un día 5 de agosto se llevó a Marylin Monroe y a Chavela Vargas. Tanta gente las lloró vivas, tanta las lloró muertas…

Lloremos un llanto de llorona: y te perdí mujer de Pablo Neruda.

Y te perdí mujer. En el camino
me prendiste una lámpara fragante,
entonces se aromaron y se hicieron divinos
todos estos cansancios humildes y constantes.

No sé si apenas eras una leyenda o eras
un río que afluía para todo dolor
pero si fue leyenda para mi
enfloreciste aromas dentro de mi canción.

 

Hiciste un semillero de ilusiones
que vivió ingenuamente en mi tristeza.
Lentamente. Fue el jugo de rencores
echados sobre el jugo de rencores
sobre el manto de la ilusión ingenua.

En mi torre de odios tuviste una ventana
(Un vidrio ilusionado, transparente y gentil.)

Ya se quebró. Es inútil que te llame mi amada
porque, mujer, en una negrura te perdí.

Sincerely. Adela Leonsegui*


EL GUSTO ES SUYO

Crucero son esas colecciones de verano que se diseñan para que en invierno los ricos puedan disfrutar de ropa nueva antes que lleguen las colecciones de verano. Así es como lo venden, pero en un lenguaje más coloquial y más de toda la vida, crucero no son más que colecciones de entretiempo, la típica ropa de primavera. Se trata de colecciones que, generalmente, no se presentan en desfile, con menor número de prendas y en las que los diseñadores se permiten ciertas licencias.

La colección crucero de Marc Jacobs para 2012/2013 es una mezcla interesante entre lo que hacían Ossie Clark y Celia Britwell con esa fuerza creativa y liberadora de los setenta, con su característico eclecticismo y esa mezcla de tejidos y estampados, que ha sido calificado durante años de mal gusto…

Ossie Clark y Celia Britwell

Ossie Clark y Celia Britwell

… y una intención naif de búsqueda de formas que evocan a la infancia y que, en las siguientes fotografías de su colección crucero, a mi me parece precioso.

Puedo ver en esos zapatos un fetichismo casi infantil, teniendo en cuenta que Marc Jacobs nació en 1963 y que, por tanto, tenía 10 años en el 73. Estos eran los zapatos de las mujeres de su pre-adolescencia.

Actrices, cantantes, las tías, profesoras, amigas de hermanos mayores o la vecina que trabajaba en los grandes almacenes con las uñas largas pintadas de rojo y la sombra azul en los párpados, ellas eran los grandes mitos y la iconografía de un niño sensible como él debe estar llena de esta clase de imágenes.

Luego está la señal del bikini, el mito erótico del puber. Pasará un tiempo hasta que descubra lo que hay debajo.

Y ese día que mamá se vestía de largo porque daba una fiesta, cuando los canapés que sobraban en la cocina eran para nosotros, esos que no tenían desperdicio: cada uno con su palillito encima. Hay que recuperarlos.

Eran momentos económicos muy parecidos a los de ahora, al menos a principios de la década, con una juventud en protesta constante que se inventó el hippie, el retro-kitsch o el punk.

Pero volviendo a la moda de los 70, definitivamente no sé quién define exactamente qué es de mal o buen gusto, aunque opino que hay determinadas premisas, ni por qué lo que nos gusta en un determinado momento se califica de horrible poco después.

Son respuestas que yo no tengo, pero sé que hay quien consigue embellecer lo feo si se lo propone y eso es un gusto.

Sincerly. Adela Leonsegui*