LA TIRANÍA DE PAUL POIRET

Dicen de Paul Poiret que fue el primer diseñador. Él mismo dijo «la moda necesita un tirano» y decidió actuar como tal.

Los vestidos de Paul Poiret los posaba con maestría su mujer Denise, joven y delgada, sobre todo comparada con la figura curvilínea de las mujeres de aquella época que ahora nos parece imposible, un escorzo, señoras encorsetadas pechugonas y culonas, pero era la realidad estética de finales del XIX y ellas no se veían raras.

Desde nuestro punto de vista, mujeres de sujetador y braguitas minúsculas, lo del corsé es pura mitología. Es cierto que el cuerpo ha cambiado, incluso hemos crecido respecto de la talla de hace 50 años, pero también tenemos menos pecho, más cintura y menos caderas, quizá el deporte y el cambio en la alimentación han jugado su baza, pues vale.

Pero todos esos cambios de cuerpo han venido acompañados, o precedidos, no lo sé, de cambios en la moda. Si las faldas se acortan, las piernas deben estar torneadas, si las mangas desaparecen, los brazos deben ser atléticos, si se llevan los cinturones, no se pueden tener michelines y así sucesivamente.

Así que Paul Poiret consiguió liberar a la mujer del corsé, pero creo otro mucho mayor: que la mujer quisiera un cuerpo que no necesitara corsé. Desde entonces, esto era principios del siglo XX, el gran tirano de la moda ha sido precisamente el cuerpo de la mujer.

Sincerely. Adela Leonsegui*


MIL PARES DE ZAPATOS

Imelda Marcos decía, ni yo me creo que la esté citando, que es mejor ser nuevo rico que ningún tipo de rico. Pues sí, es cierto que el dinero no da la felicidad, pero la pobreza tampoco.

Cuando era estudiante solía decir que hacía una carrera que no me interesaba pero con la que podía entender el telediario; ahora no entiendo una sola palabra. Hoy he cronometrado el tiempo que han durado las noticias de economía y curiosamente se han comido media hora, el resto lo han dejado para todo lo demás: internacional, con su poquito de economía y sus guerras odiosas, sucesos (que no me interesan), deportes (uf, el fútbol) y el tiempo. Ya no llego nunca al tiempo, me aburro y, claro, la lluvia me coge por sorpresa.

Pero realmente ¿a qué público van dirigidas esas noticias de economía que la mayoría no entendemos?, pues claramente a los ricos, ya sea a los nuevos o a los de toda la vida, a los demás, que entre otras cosas poco podemos influir en el IBEX, las primas de riesgo o la deuda, lo que hace es ponernos los pelos de punta y el humor retorcido, pues las palabras que nos llegan (paro, subida de impuestos, recesión y esto no va a mejorar) no son nada halagüeñas.

Así que Imelda que ya venía de una familia bien acomodada se encargó, por todos los medios ilegales a su alcance, de hacerse muy rica. Muchos otros han seguido su ejemplo, a algunos no les ha ido tan bien como a ella (aunque a otros si), que siempre tuvo las cosas muy claras y muchos pares de zapatos.

Sincerely. Adela Leonsegui*


DE LA EMOCIÓN

Hoy he visto a una mujer llorando, iba sola, andando y quitándose las lágrimas de la cara. En la misma calle, unos pasos míos más adelante, unos pasos de ella más atrás, he visto a un chico riéndose solo, parado, escuchando su ipod.

Es curioso, no estamos acostumbrados a llorar, ni nos gusta que nos vean llorar, pero en cambio lo de reir está muy bien visto.

Es posible que, el objeto que causó las lágrimas de una o las risas del otro no funcionaran igual si cambiáramos los personajes. Lo que te emociona es algo tan personal como tu propio ADN.

La emoción es inexplicable, la única forma de entenderla es sentirla y lo que hace que una persona se emocione, es posible que a otra la deje indiferente.

Hace tiempo estuve en un taller organizado por Solitas recibiendo clases de dos grandes, Roberto Diz y Alberto Sinpatrón, el tema era la deconstrucción: de una montaña de ropa usada había que seleccionar varias prendas para hacer otras nuevas. Fueron tres días muy interesantes y, a la vez, emocionantes. El tema estaba inspirado en un video que hizo Alexander Mcqueen para el Met: The Bridegroom Stripped Bare.

Emocionante

Sincerely. Adela Leonsegui*


EL LIBRO DEL DÍA

San Jorge.

He oido una cosa genial: hoy compran libros los que no lo hacen en todo el año. Quizá porque toca, quizá porque tienen descuento, quizá para que le regalen una rosa a cambio… no sé pero es el día del libro y de alguna forma hay que celebrarlo.

Soy lectora, me lo inculcó mi madre desde muy pequeña, empezó como un hábito y se convirtió en una afición y me encanta que sea así. Los ratos que paso enganchada a un libro son sólo míos, aunque luego comparta con otros lo mucho o poco que me ha gustado, lo mejor de un autor, lo especial de una historia, lo sorprendente de un final o lo intrigante de una trama.

Soy lectora, de momento de libros en papel, y también admiradora: tengo algún libro-tesoro, de esos con ilustraciones que miras una y otra vez y no te cansas. Suelen ser los que cuentan una historia que ya conozco pero en una edición especial y confieso que me pasa con los cuentos. De adulta me he comprado libros ilustrados por Rébecca Dautremer, bien conocida por el título Princesas olvidadas o desconocidas (éste fue regalo de una amiga), me he comprado lo mejor de Mafalda y otros tantos, pero también me he hecho con algún clásico coffee table book sobre moda o decoración.

Ahora tengo un capricho, bueno, en realidad varios. El primero es la biografía de Christian Lacroix con ilustraciones del propio diseñador. Camilla Morton ha tenido la feliz idea de trasladar la vida y obra del diseñador al cuento de la bella durmiente. El título: Christian Lacroix and the Tale of Sleeping Beauty: A Fashion Fairy Tale Memoir, de la editorial Harper Collins.

Un breve repaso por algunas de sus páginas dejará bien claras las razones de mi capricho.

 

Digo que es el primero porque otra biografía en forma de cuento, Manolo Blahnik y el cuento del zapatero y los duendes, de la misma editorial, ya está en la calle y también lo quiero. Saldrán más, Diane von Furstenberg por ejemplo, y también los querré.

Sincerely. Adela Leonsegui*


CATETO DE ALMA

Uno de los placeres de la vida, al menos para mi, es disfrutar de una buena sobremesa, con lo que implica de previos: generalmente buena comida, buen vino y, por supuesto, buena compañía. Si además tienes la suerte de contar con grandes conversadores, puede convertirse en momentazo, como el mio de ayer.

Partir de una palabra y exprimirla hasta dejarla exhausta es una de nuestras especialidades, y le tocó a CATETO.

No fue fácil, acudimos a la RAE y no nos aclaró mucho, en lo único que estuvimos de acuerdo fue en su primera acepción: Cada uno de los dos lados que forman el ángulo recto en un triángulo rectángulo.

La segunda acepción, lugareño y palurdo, creo que se ha quedado muy desfasada, pues el ser cateto nada tiene que ver con ser o no de pueblo y con tener o no cultura, eso es circunstancial y extrínseco, del que nosotros hablábamos era del cateto de alma.

¿Y qué es ser un cateto de alma?. Es muy posible que cada uno le de un sentido diferente, pero se me ocurre hacer un símil: debe ser una persona que se comporta como cada uno de los lados de un triángulo rectángulo, alguien que no puede dejar de ser una linea recta, que no tiene capacidad para cambiar su criterio porque cree que sus ideas son las únicas válidas y correctas, que se siente agredido por los que piensan diferente, incapaz de dialogar o debatir, quien se impone y no escucha, sólo habla, aunque no sepa, quien no evoluciona.

Creo que eso es un cateto y si alguien no lo ve claro, que piense en uno y compruebe si ese es su comportamiento.

Sincerely. Adela Leonsegui*